El opinaderoYo Campesino

Ganso oligarca

Con su pandilla el Ganso se convirtió en lo que dijo odiar, pero ambicionaba

Miguel A. Rocha Valencia

Más allá de las promesas fallidas de pacificar el país, hoy se registra el más alto índice de asesinatos en la historia con casi 140 mil, y de acuerdo con la Sedena, en más del 75 por ciento del territorio nacional hay ostensible presencia del narco.

Hoy como nunca México presenta los menores niveles de crecimiento y los más altos en carestía, en tanto el número de pobres se incrementó para alcanzar al 52 por ciento de la población nacional y dejar sin servicios de salud a 15 millones más y registrar una sobre mortandad de casi 250 mil mexicanos a causa de enfermedades crónico degenerativas donde se incluyen cánceres, cardiovasculares y respiratorias con prevalencia de Covid-19.

Esos datos revelados por el Inegi con sus encuestas sobre empleo y bienestar, el hackeo a la Sedena y el Sistema Nacional de Seguridad Pública, dan cuenta de una realidad que dista mucho de los números presidenciales.

Pero, además, en los hechos, hoy quien acusa al Instituto Nacional Electoral de estar en manos de la oligarquía. No dice que quien la encabeza hoy es él mismo, pues con su mafia no sólo se apoderó del poder político, sino también del económico y militar donde aplica los vicios que prometió combatir, especialmente la corrupción, opacidad, mal gasto e impunidad.

Porque el actual jefe de la mafia en el poder cumple con todas las características del oligarca, pues encabeza a una minoría que ostenta el poder político y económico (Oligos-pocos y arkhos-gobernante).

Tan se convirtió en lo que dice odiar, que somete a los políticos propios con aquello de la obediencia ciega, incluso ordenándoles violentar la ley y desafiar a cualquier autoridad, misma que en el caso de la Suprema Corte de Justicia, está sometida a su mandato lo mismo que con su mayoría en el Congreso federal y al menos 21 entidades. Ni hablar de los organismos de control como comisiones (energía) Derechos Humanos, Auditoría Superior y desde luego los organismos dependientes del Ejecutivo.

A los ajenos, les aplica el método propio de los oligarcas: la amenaza, el chantaje y de ser necesario y posible, persecución mediática, legal y la cárcel. Medidas similares por eso las tiranías o gorilatos.

Desde luego, la culpa de los daños al país en lo económico, social, político, salud, violencia mortal, no es de quien ejerce el poder, sino de aquellos antecesores, aunque en los números estadísticos quienes se fueron, entregaron mejores cuentas con todo y sus comprobados actos de autoritarismo, abuso de poder y presupuestales.

Por eso acusa de incapacidades y rapacerías a los de “antes”, sin verse en el espejo y reconocer que los delincuentes y oligarcas en turno son ellos. No lo hacen por ignorancia sino perversidad dado que los números y realidades son el resultado de su quehacer o su inacción que en el caso de los asesinatos y muertes por mala atención médica y ausencia de medicamentos resultan crímenes de lesa humanidad que tarde o temprano les van a cobrar.

Otros crímenes como el dejar que la delincuencia tome de rehén comunidades y territorios enteros, gubernaturas, congresos o presidencias municipales, se hacen patentes, son evidentes, tanto, que a los 140 mil asesinatos se suman casi 36 mil desaparecidos en lo que va del sexenio y las 262 mil personas que huyeron de sus comunidades a otras entidades del país a causa de la inseguridad y la violencia hasta 2020, de acuerdo con el Inegi y el Instituto “Belisario Domínguez” del Senado con mayoría de Morena.

El estudio de la Dirección de Investigación estratégica del IBD, las entidades donde mayor migración forzada se vive son Chiapas, Chihuahua, Durango, Michoacán, Oaxaca y Guerrero, Curiosamente Guanajuato no “pinta”.

Pero claro, estos datos no cuentan en las mañaneras, donde ahora el mesías tropical se lanza con todo y su jauría contra el INE que según hoy afirma está en manos de una oligarquía que sin embargo, le entregó el poder y hace escándalo por una encuesta donde se plantea si la gente quiere que el INE gaste menos y se reduzca el número de plurinominales, aduciendo un falso concepto de ahorro, especialmente ahora que se sabe y hay evidencias de la intromisión directa del crimen organizado en los comicios federales y con mayor razón, locales.

Frente a eso, una fácil: preguntarle a la gente si quiere pagar impuestos o que se disminuyan. La respuesta será obvia. Igual que en la famosa encuesta aplicada por el mismo INE.

Es decir, por un lado, llama oligarcas a los que se fueron y él se encargó de ocupar el lugar y por el otro, aduce como favorable una encuesta entre 400 personas como base para una reforma que tal vez se deba hacer, pero no en los términos presentados para reducir la presencia de las minorías que sumadas, hoy le estorban al dictadorzuelo.

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