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Un rayo de esperanza para la UAQ

Por Andrés González Arias

Ayer, se cumplieron 15 días del paro.

Cuando empezó la conferencia de la Universidad Autónoma de Querétaro – cuarta sobre el tema del paro estudiantil – la rectora Teresa García Gasca abordó, de inicio, algunos de los muchos pendientes que había “a fin de aclarar algunas situaciones que se han venido presentando”.

En torno al tema, el ambiente se sentía pesado, espeso, desalentador.

Las partes habían roto el diálogo.

“La Universidad ha estado trabajando arduamente desde el 29 de septiembre” dijo la rectora. Y es cuando se dan apenas los primeros acuerdos – diálogos – hasta ayer rotos.

En tanto, la UAQ estaba bloqueada en su acceso, se habían puesto en pie varias comisiones: La de redacción, establecida desde el viernes 30 de septiembre y la de negociación que abriría el diálogo con la vista puesta en las demandas de la contraparte.

La segunda y la tercera conferencia versaron sobre la total disposición al diálogo; en otra, la rectora solicita que “nadie, fuera de la UAQ, meta las manos en este paro”. Y esto, por parte de las autoridades establecidas, se ha respetado en virtud de la autonomía, sin embargo, en la víspera de la reanudación de pláticas y en la mesa de negociación sobre la presunta politización de este paro, la rectora señaló que “esperamos que no sea así, si sabemos que hay asesoría externa, de universitarios, universitarias o no; pero no podríamos ir más allá. No tenemos nosotros ninguna prueba que nos haga pensar en otra cosa, aunque si vemos que hay recursos eso sí lo debemos decir, pero no tenemos ninguna prueba de que estos pudieran venir de algún lugar en particular. Nos interesa dejar en claro que queremos abrir el diálogo con las y los estudiantes”.

Ayer y en esta conferencia se expuso – si el paro continuaba – sobre “la probabilidad de la pérdida del semestre” y la posible reanudación de clases de manera virtual, en virtud de este paro.

En la conferencia estaba presente el Dr. Javier Ávila Morales, secretario académico de la UAQ, pero también la maestra Montserrat Trejo Calderón, encargada del área de cuestiones varias del jurídico de la UAQ.

Las clases virtuales están en análisis si se realizan o no. Esta decisión se tomará después del próximo lunes.

“…todas estas cuestiones, las podemos conciliar, la podemos platicar porque para eso es una mesa de negociación”.

La rectora habló de un reciente Programa Integral de parte de la UAQ, “que nos permita dar respuesta y sustento técnico e institucional para responder todas las demandas”.

Señala que “no se atropellarán ninguno de los derechos humanos de los alumnos, de las partes, que esté relacionada con los señalamientos o con las acusaciones que se hacen a los cuatro docentes y funcionarios universitarios”. Uno de estos ya tiene una acusación en la Fiscalía, donde corre ese proceso.

“De todo esto aquí tratado, es un tema meramente informativo. No se trata de ninguna manera de amenazar a los estudiantes, es cierto, todos estamos un poco más sensibles y es necesario avanzar”.

En esto estaba la rectora, cuando una persona cercana a rectoría, le pasa un teléfono celular para que leyera un mensaje que había recibido.

Los periodistas ahí reunidos – que seríamos una docena – creímos que sería alguna abundancia al tema del que hablaba.

Interrumpe lo que estaba abordando. Serían unos cuantos minutos después de las once de la mañana.

Y lee el texto que recibió por WhatsApp:

“Quiero darles a conocer que hace dos minutos, publicaron las y los estudiantes lo siguiente y dirigido a su servidora: Por medio de la presente, se le extiende una cordial invitación a usted y a dos acompañantes más, ajenos a la administración y pertenecientes a la Unidad de Atención de Violencia de Género al interior de la UAQ, con el fin de llevar a cabo una mesa de diálogo, el lunes 17 de octubre a las once de la mañana”.

Con esto se abre una puerta, la del diálogo y los acuerdos por ambas partes.

Y después de quince días de paro – ayer se cumplieron – aparece esta invitación para sentarse a dialogar.

Que sea para bien de la Universidad Autónoma de Querétaro.

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