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Pasarela floral, un evento para recordar

Por Galia Razo

Flores, flores, muchas flores fueron el motivo reiterado de esta pasarela que con motivo de cumplir 25 años la floristería Maraga en Salamanca, llevó a cabo su propietario Martín Ramírez Gasca.

El evento fue de primera calidad, donde el derroche de creatividad y elegancia fueron la nota distintiva. Comenzó con la proyección de un video donde Martín Ramírez explicaba, a la par que hacía una composición floral en el conocido puente negro de Nativitas, cómo había comenzado en esta actividad que al inicio le pareció una especie de trabajo temporal pero después lo dimensionó en todo lo que podía proyectarse. Comenzó a asistir a cursos nacionales e internacionales y las flores tomaron su real dimensión.

Luego vendría el espectáculo que atrapó desde su inicio. Las notas del huapango de Moncayo se dejaron escuchar y apareció un personaje  ataviado a la usanza prehispánica, que ejecutó algunos pasos dancísticos, luego recorrió con parsimonia la pasarela para depositar en el extremo final de la misma, la enorme ofrenda floral blanca que llevaba. Regresó con majestuosidad al escenario, donde acto seguido fue invadido por varones ataviados con el traje de Jalisco quienes bailaron. Se les unieron luego mujeres con trajes folklóricos, se sumaron más bailarines y todos culminaron con su respectiva ofrenda en las manos, hechas de flores de ave del paraíso y otras, desfilando por todo el pasillo central, para depositarlas a todo lo largo de este, haciendo una increíble pasarela floral.

Y comenzó el desfile. Ahora con notas musicales de diversas melodías del bel canto. Primero los pajes. Abrió un pequeño que con canasta en mano, iba depositando pétalos en el camino. Otra pequeña traía su corona de flores, otras más alas de mariposa decorada floralmente y así se fueron sucediendo los modelos que siempre traían su toque de flores.

Vinieron luego las quinceañeras, con tocados, adornos, ramos de flores.

Siguieron las novias que de igual manera, mostraron muchas de las maneras de complementar su arreglo con flores.

Siguieron los modelos de primavera, mujeres con atuendos de hojas, sombrillas vegetales y varones con un toque de distinción floral. La música se volvió más moderna, juvenil, movida. Hombres con trajes formales, elegantes, formaron parte de este desfile, siempre portando un discreto detalle vegetal.

Luego aparecieron los gladiadores, varones con bastones de mando hechos de juncos, decorados con flores recias como aves del paraíso y bastones del emperador, con tocados espectaculares entretejidos con plantas, con faldas elaboradas con hojas; hombres fornidos, uno portando dos enormes ramos de rosas, proyectando ese elocuente lenguaje que traen las flores consigno.

La culminación fueron los vestidos de las mujeres, exoticidad y buen gusto, creatividad a raudales, las flores cubriendo las telas, dando un toque etéreo como el que utilizó la sencilla flor de nube;  o el llamativo anturio rojo que se enredaba en el cuerpo de la modelo. Por otra parte, los tocados: elegantísimos, originales, desbordantes. La última modelo portó un atuendo, cuya falda, estaba lleno de flores multicolores, flores naturales. Al llegar al extremo de la pasarela que daba al público, abrió su falda para mostrar que traía la bandera de México. Por supuesto, los aplausos se desgranaron inmediatamente. Ese vestido era la muestra del color que es todo México, de su riqueza floral, del símbolo que a todos nos une.

El evento fue un muestrario de las posibilidades del mundo de las flores, desarrollado con la visión de Martín Ramírez Gasca, un creativo en toda la extensión de la palabra, que nos mostró a los presentes el caudal y sensibilidad que posee, de ahí que se explica la dedicación que pone en cada composición floral para sus clientes.

La explosión de color y buen gusto había comenzado desde el recinto, con dos enormes, diríamos, grupos escultóricos florales; luego  la decoración de las paredes al interior, forradas de techo a piso con tela blanca; después el espectáculo, posteriormente el brindis con vino de mesa, el servicio, la numerosa asistencia que llenó el recinto.

Solidarios para hacer posible este programa que tuvo en escena a 70 personas, sin contar los apoyos tras bambalinas, estuvieron la Agencia Baskstage y el Grupo de Danza Xidoo.

Martín Ramírez Gasca, nos mostró por qué Maraga Floristería es líder en su ramo, más aún, cuando trasciende hacia el arte. Fue, en definitiva, el evento del año.

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