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LA VIDA Y LOS GÉNEROS TEATRALES

Crónicas del Espíritu

LA VIDA Y LOS GÉNEROS TEATRALES

Iván Juárez Popoca

La existencia de los seres humanos es como una obra de teatro: somos los actores y Dios es el director.

Generalmente no desempeñamos nuestro papel cuál debiera ser porque tenemos el libre albedrío necesario para decidir el rumbo de la trama e incluso determinar su género, desde el punto de vista de la literatura.

Hay personas que siempre están sufriendo por algo, exacerban sus emociones y son víctimas o crueles adversarios; esa es su actitud frente a la vida: el Melodrama.

Conocemos a otros que son bastante simpáticos y que hacen el ridículo o crean embrollos que causan hilaridad; mantienen un tono festivo y son personajes de comedia.

Algunos combinan situaciones muy serias con otras verdaderamente jocosas y es que siempre van hacia delante, venciendo obstáculos a como dé lugar, cayendo y levantándose: son tragicómicos.

Pocos son los que tienen tal estatura como para ser considerados dentro de la Tragedia. Estos tienen una gran dignidad, pero llevan a cabo acciones que provocan un desorden de tal magnitud que tienen que ser castigados para terminar con el caos. Es el caso de los políticos guiados por su soberbia hasta que se estrellan con la realidad, del que se enamora de quien no debe y termina asesinado o del hombre de negocios que lleva a la ruina su empresa y termina por suicidarse.

Lo que sí es muy común es que los individuos pasen sus días en la insatisfacción, planeando ser felices en un futuro incierto. De pronto toman conciencia de su condición, pero no hacen nada por cambiarla: viven en un círculo vicioso propio de la Pieza.

Desde luego que, tal como apunta la teoría dramática, no existen géneros “puros” y toda obra tiene elementos diversos, aparte de los predominantes. Así es nuestro actuar y cómo el género ha de influir en la forma en que un actor trabaja un texto, asimismo nuestra inclinación determina nuestro desenvolvimiento.

No mencionaré aquí otros géneros, pero seguro estoy de que en un momento dado somos ubicables en uno o en otro.
Lo ideal sería procurar un comportamiento basado en la razón y en la positividad que evite un sufrimiento innecesario y nos brinde contentamiento.

A veces nos levantamos pesimistas, perezosos, crueles o victimistas. Sin embargo, es posible hacer un esfuerzo y lograr manejar un mejor género. Es trabajo de todos los días.

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