El opinaderoPulso de Querétaro

La burra no era arisca

Por Andrés González Arias

En una ciudad como Querétaro, con un crecimiento acelerado – y continúa – el asunto de la tierra ejidal sigue siendo motivo de disputa, en donde se mezclan y cocinan intereses de inmobiliarias, de sospechosos cambios de uso de suelo, de abierta defensa por la propiedad ejidal.

Ayer, frente a la Alameda Hidalgo y a unos cuantos metros del Centro Cultural Gómez Morín, unos doscientos ejidatarios del polígono “Peña Colorada” se van juntando, extienden sus mantas – serán unas trece – con frases en las que rechazan la eminente declaración de esta zona como Área Natural Protegida (ANP).

Los ejidatarios hacen la defensa común de sus tierras que suman 4 mil 983 hectáreas formando el grupo de lucha “Ejidos Unidos Zapata Vive” constituido por más de 600 ejidatarios de las comunidades y ejidos Jurica pueblo, El Salitre, San José Buena Vista, San Pablo, Tierra Blanca, Chichimequillas, San Vicente Ferrer y San Pedrito El Alto.

Serían recibidos por el secretario de Desarrollo Sustentable del gobierno del estado, Marco Antonio del Prete Tercero, en respuesta a una solicitud de audiencia hecha el pasado 10 de noviembre.

Antes de entrar, se unen y levantan sus banderas de la Central Campesina Cardenista a la que pertenecen nacionalmente, para gritar a viva voz y con el puño en alto levantado, la frase “Zapata vive, Zapata vive…la lucha sigue y sigue”.

Van a dar la diez con veinte minutos. Al Centro Cultural va una comisión formada por unos veinte ejidatarios, delante de estos hace el camino la señora Rocío Vidal García, del ejido San Pablo y coordinadora de la Unión de Ejidos Zapata Vive; también ahí el entrón Venancio Bárcenas Rangel de San Vicente Ferrer; Francisco Miguel García Ferrusca y María Luisa Margarita Sánchez, del ejido El Salitre; Albino Gabriel García de San José Buena Vista; Francisco Martínez Guerrero, de Tierra Blanca; Benito Escobar Campos, de Chichimequillas; Juventino Aguilar Aguilar, de San Pedrito El Alto, entre otros.

Cuando la reunión está por iniciar, a todos y cada uno de ellos va Del Prete a saludarles de mano. A este lo acompañan el Ing. Ricardo Torres, subdirector del medio ambiente de la SEDESU y el Lic. Augusto Cervantes, director de planeación ambiental.

A sus órdenes” les dice Del Prete. Toda la sesión se graba, tanto por la Unión de Ejidos, como por la SEDESU.

Y abre la señora Rocío Vidal, instalada al centro de una larga fila de unos once ejidatarios, frente a ella, una cantidad similar. Al fondo y presidiendo, Del Prete y sus dos acompañantes.

Rocío se dice sorprendida por algunas declaraciones hechas por el gobernador Mauricio Kuri, en el sentido de que, desde gobierno, “se empuja la declaración del polígono para su protección” como Área Natural Protegida.

Nos hemos visto avasallados por las estructuras del Poder, con las declaraciones hechas por el presidente municipal y las asociaciones que se dicen ecologistas”, y menciona los nombres de América Vizcaíno y Pamela Siurob las que, según dijo, “se frotan las manos para adjudicarse la administración de nuestras tierras”.

Y es que los ejidatarios de Peña Colorada temen que a sus tierras les pase lo que sucedió en El Cimatario, El Tángano, Zibatá, El Refugio, Altosano, “áreas que se dieron en beneficio de inversionistas y desarrolladores inmobiliarios, zonas ahora devastadas”.

De ahí parten. Y es que la burra no era arisca.

Por eso y ahora, los ejidatarios endurecen el lenguaje.

Ahí mismo, en la exposición que hace don Venancio Bárcenas y a boca de jarro, le pregunta a Del Prete que ¿Dónde quedaron 140 hectáreas, ahora totalmente deforestadas – “ni huizaches dejaron” – de La Solana y Altosano? Y es que todo el gobierno, al no tomarnos en cuenta como propietarios que somos de nuestras tierras, nos hacen purititas chingaderas. Ustedes, nunca se han acercado a los verdaderos dueños de las tierras”.

De los ejidatarios, habló todo el que quiso.

“¿Ya me dan permiso?”. Les pregunta Marco del Prete.

Les informa que, hasta dónde va el proceso de Peña Colorada como área natural protegida, intervienen dependencias federales, la SEMARNAT, el Registro Agrario Nacional, el Tribunal Unitario Agrario.

No los convence.

Y se vuelve a alborotar la gallera.

“Lo que pasa es que nunca se acercan a los verdaderos dueños de la tierra. A ver, ¿Díganos cuándo? Lo único que nos ofrecen son puras migajas”.

El diálogo, a fuerza de reclamos mezclados con acusaciones, se empantana, y las partes se dicen de todo, se piden pruebas de los dichos, de las fechas. Los ejidatarios rechazan recibir 5 mil pesos que, dicen, les ofrecieron en dependencias federales. “Con eso no van a vivir nuestras familias.”.

Pero Del Prete no evade nada. A todo lo que corresponde al gobierno estatal, les da respuesta.

Cuando pasaba ya del mediodía, Rocío Vidal pide que, “por favor, seamos recibidos por el señor gobernador Mauricio Kuri, lo más pronto posible”. A Del Prete parece agotársele la paciencia, porque no se avanzaba, pero se compromete a “tramitar esta entrevista”.

Ya encarrerada, Rocío Vidal pide que, a posteriori, también se tenga una reunión con “los responsables de todas las dependencias federales que tienen que ver con este tema”.

Revira Del Prete: “Ya veremos que nos dicen ellos. Eso sí les aclaro, lo que yo digo, lo sostengo, con video o sin video. Estoy para servirles” concluye.

Y este 22 de noviembre, marca nueva fecha en las relaciones de diálogo entre ejidatarios de Peña Colorada y el gobierno estatal.

Las ideas expresadas en las columnas, así como en otros artículos de opinión, no necesariamente corresponden a la línea editorial de Radar del Centro, y solo son responsabilidad del autor.

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