Fabio Enrique García Camacho ” Payolo”
¡CALENTAMIENTO GLOBAL: CUESTIÓN DE SUPERVIVENCÍA!
Nuevamente con ustedes Internautas de la revista Radar del Centro cumpliendo la cita quincenal.
Con tristeza y desesperanza escribo esta columna. Pues hoy estamos comprobando hasta la saciedad, la absurda estupidez de la raza humana al persistir en su tozuda conducta de evitar ponerle freno a esta autodestructiva carrera del planeta, que dicho sea de paso es la casa de toda la vida, la cual incluye a los humanos, pero también a la fauna la flora y el medio ambiente.
Obviamente detrás de todo este andamiaje destructivo están los mezquinos y egoístas intereses económicos de los cacaos todopoderosos dueños de la riqueza, que son apenas el 10% de la población mundial, los cuales concentran el 76% de dicha riqueza y apenas un minúsculo 2% de esta riqueza la posee la mitad de la población mundial (Dato tomado de El Mundo.es, según informe del Laboratorio de las Desigualdades en el mundo actual).
Asombrosa, inaceptable y desequilibrada proporción, máxime si observamos cómo un 51% de los más pobres se quedan con el ridículo 8,5% de los ingresos del mundo mientras que el 10% de los más ricos de la población se apropian del 52%. Tremenda desigualdad.
Eso, a grandes rasgos, es la radiografía económica causante de la catástrofe ambiental a la cual nos enfrentamos en estos momentos y que en un análisis somero puede cualquiera, con 2 dedos de frente, concluir la inevitable sentencia: si nos autodestruimos ¿La riqueza en metálico será útil? ¿Con dinero podremos revertir el deshielo de los polos? O acaso ¿Podrá el dinero comprar hormigas, abejas, pájaros, animales salvajes, especies marinas, flores exóticas, cosechas de arroz, depredadores naturales que son controladores de diversos ecosistemas? Claro que no. ¿Podrán los petroleros, quienes son los más depredadores del medio ambiente, calmar su sed con un vaso de petróleo o una bocanada de gas natural? La respuesta sigue siendo NO.
En 2.017, científicos británicos alertaron por la fractura del glaciar Larsen C en la Antártida, el cual mide más de 5.000 m2. Este, al desprenderse de la masa de hielo a la que está unido, podría causar un irreparable desastre ambiental pues al descongelarse se convertiría en agua, aumentando el nivel del mar en 10 centímetros. ¡Diez centímetros! Eso es demasiado. Pero el riesgo consiguiente es el de continuar el deshielo de la formación Larsen conformada aún por otros 2. Esta comenzó su proceso degenerativo en el año 1995, cuando se desprendió el bloque Larsen A y del Larsen B acontecido en el año 2002 (Dato tomado de Unidiversidad.com.ar). Hago esta referencia para hacer notar desde cuando viene el proceso de deterioro de una de las manifestaciones de daño ambiental crítico como es el deshielo de los polos. Hay 10 formaciones más de hielo que con el paso de los años podrían sufrir una reacción en cadena agravando el problema polar.
Si hacemos un rastreo de fenómenos ambientales en distintas partes del mundo, veremos como la naturaleza reacciona inútilmente. Los incendios, cada vez recurrentes en California, la despiadada deforestación del pulmón del mundo “La Amazonía”, donde las tribus indígenas luchan infructuosamente contra los colonos patrocinados por el gobierno brasileño de Bolsonaro, un completo carroñero ambiental, quien pretende convertir esa selva deforestada en terrenos para la agricultura extensiva, extremadamente erosiva del suelo y las fuentes de agua, aporta su cuota de deterioro ambiental. A modo de anécdota menciono el hecho de cómo los desechos de las botellas plásticas donde viene envasada el agua “pura”, tan recomendada por médicos y nutricionistas, alcanzan en la India una montaña de la altura del Everest, ¿Pueden creerlo? Lo más triste es el hecho de su aumento progresivo permanente. Adicionalmente este plástico tarda 500 años en degradarse.
En Dubái, la tierra del todo es artificialmente posible. En su desmesurado alarde de riqueza, están creando problemas de salud pública y de salubridad monumentales. La naturaleza les ha negado la posibilidad poseer agua lluvia y agua de ríos o manantiales. Esta la tienen que importar por kilolitros. Tampoco tienen alcantarillado, y como se sabe, este trabaja por desniveles de altura conducidos por “agua circulante”, la cual no tienen.
Así que no tuvieron otra posibilidad para eliminar las toneladas de basura sólida y líquida producida por la población permanente, además de la producida por la población flotante (turistas) en sus hoteles, centros de diversión, hospitales, establecimientos públicos, etc, que recogerlas en camiones cisterna y transportarlas a lo más alejado del desierto, y vaciarlas en ese sitio.
Es una pésima solución que se les devolverá como un boomerang cuando alcance niveles enormes de acumulación que traerán como consecuencia problemas de salud pública y deterioro ambiental. ¡Un verdadero despropósito! pero que para el tema de esta columna, ratifica el hecho de como la raza humana fabrica a cada momento la destrucción del planeta, esta bella casa que es la casa de todos.
Los acuerdos internacionales entre las potencias, “el grupo de los 8”, aportan flacas propuestas de solución, al estar amarradas a los mandatos socioeconómicos impuestos por los cacaos todopoderosos del dinero. A esto se le suma el creciente nivel demográfico mundial.
Ni la transición a energías limpias, ni los controles demográficos, ni la concientización educativa pueden mitigar a corto o mediano plazo la degeneración ambiental. Creo que solucionar este problema tomará tantos o muchos más años de los que le tomó a la naturaleza evolucionar para proveernos un planeta tan hermoso, tan biodiverso y tan apasionante como este Planeta Azul, adjetivado así por el extraordinario astrónomo Carl Sagan.
¡¡¡ ES CUESTIÓN DE SUPERVIVENCIA !!!.