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Espectacular inauguración olímpica, innecesario hincapié

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 Espectacular inauguración olímpica, innecesario hincapié

Galia Razo

Espectacular es el calificativo para comenzar a hablar sobre la inauguración de los Juegos Olímpicos que se realizan ahora en Francia.

Con un despliegue de tecnologías, de estrellas del fútbol como Zinedine Zidane; del tenis aunque no es del país, Rafael Nadal; artistas no francesas como Lady Gaga; el grupo de casa de heavy metal, Gojira; bailarines en diversos escenarios, y desfiles de modas; el baile de can can;  alusiones a otros elementos franceses como el diseño y su estrella Louis Vuitton; a su catedral de Notre Dame y bailarines acróbatas; al fantasma de la ópera; el estallido de la revolución francesa (precursora de todas las demás revoluciones) y una María Antonieta decapitada, a obras escultóricas, como la Victoria de Samotracia, o pictóricas que se recrearon como “La libertad guiando al pueblo”, y otras famosas incluyendo a la Gioconda, que, custodiadas en el museo del Louvre, abandonan sus cuadros y se asoman a los ventanales de ese lugar para atisbar lo que acontece afuera; un corcel de plata cabalgando por el río…Y la culminación: el pebetero que fue un globo aerostático que ahora está suspendido sobre el jardín de la Tullerías.

En fin, si tecnológicamente fue mágico, no lo fue tanto en la realidad, pues aunque fue distinto y los atletas iban en barcos o yates a lo largo del río Sena, el ambiente que se logra en un estadio fue distinto, pues se sumó a este factor una lluvia pertinaz pero que no detuvo la apertura de estos juegos.

Como televidente, me parece que fue muy bella la inauguración, por la gran cantidad de elementos de la cultura gala, de la que, de una u otra manera tenemos referencias. Además, simbolismos como el que Zidane entregara la antorcha a unos niños y les confiara el culminar la misión, es la entrega de un relevo generacional. Luego, el encuentro de estos con un personaje enigmático y otra vez el factor confianza presente.

Otro momento importante, por la generosidad y reconocimiento que implica su inclusión y su presencia, fue el hecho de que portaran la antorcha grandes leyendas del deporte, aunque no fueran franceses, citaba ya a Nadal, pero también estuvieron Nadia Comanecci, Serena Williams, Carl Lewis.

Luego, la portación y alineación de banderas en el Trocadero, dando representatividad a todos los países participantes. Y ahí una pasarela en forma de torre Eiffel sobre la se izará la bandera, dirán los juramentos deportivos y los discursos oficiales.

Hubo un detalle que no fue muy comentado, y es que, en un vídeo, desde Tahití, subsede del surf, los deportistas de esta disciplina saludaron a las cámaras.

La verdad fueron tantos elementos, que es imposible mencionarlos todos, pero lo que no puedo dejar de comentar es que, si bien se habló de inclusión, este factor fue demasiado. Bailes, videos y pasarelas destacaron elementos de la diversidad. Nada en contra de ellos, pero como todo exceso, satura.

Otro elemento criticable fue el de la señal de transmisión, pues justo cuando tocaba el paso de la delegación de México, se vio un chorro de agua y se recobró la imagen, habiendo pasado el país. Quien haya sido el director de cámaras, falló.

El tema es que ya los Juegos Olímpicos están en pleno en Francia, solo queda disfrutar las transmisiones que ahora, gracias a la tecnología, se puede seguir desde un celular.

Por lo pronto la inauguración fue un derroche de arte y creatividad, aunque me salió a deber algo: un duelo de espadachines, por los tres mosqueteros de Alejandro Dumas ¿qué no?

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