Documental “Salamanca. Tradición, Amor y Fe”, una mirada identitaria
DOCUMENTAL “SALAMANCA. TRADICIÓN, AMOR Y FE”, UNA MIRADA IDENTITARIA
Por Galia Razo
La invitación era sencilla y llamaba a la curiosidad: “Presentación del documental Salamanca. Tradición, amor y fe”. La extendía la Dirección General de Comunicación Social y resultaba extraño porque regularmente es la instancia que convoca a ruedas de prensa, giras de trabajo o da a conocer la agenda municipal.
Total, estuvimos puntuales a la función, y nos recibió el inocultable olor a palomitas que además nos fueron obsequiadas junto con agua o refresco. ¡Uff! Imposible no pensar en los costos estratosféricos que se tienen en las salas de cine. Total, que con este detalle, ya de entrada, nos situaban en una sala de cine que en este caso era la del Refectorio de la Casa de la Cultura. Total, luego de elegir nuestro lugar, saludar a mucha gente, se hizo el obscuro de sala, se iluminó el escenario y apareció un personaje ataviado con un hábito de monje que se sentó ante un bello piano de cola (¡Por fin vi uno en casa de cultura! Ojalá lo compraran. Solo hay uno recto). Comienza a desmenuzar las notas de balada para Elisa de Beethoven, y nos dejamos arrastrar por la bella composición, sumamente conocida. Al finalizar, se desgranaron los aplausos, bien merecidos. La sorpresa fue que el pianista, era José Roberto Muñoz Robles, Director General de Obra Pública. ¡Vaya, que grata sorpresa!
De nuevo se obscurece la sala, para dar paso por los pasillos laterales, a un grupo de personas ataviadas como monjes con una farola cada uno. Recorren en completo silencio y la atmósfera se vuelve ceremoniosa, casi lúgubre. Llegan uno a uno al escenario y forman una fila, de pronto, uno de ellos, en el centro, se baja la capucha y saluda, dando razón de lo que se trata. Era José Antonio Álvarez, director de comunicación quien agradece la presencia del Alcalde, César Prieto y su esposa, de Regidores, de funcionarios y del público en general. Explica la realización del trabajo documental, que forma parte de un proyecto para difundir a Salamanca, en su aspecto identitario. Serán siete entregas. Esta era la primera. He de decir que aquí perdieron la oportunidad de mayor teatralidad, ya habían logrado la atmósfera, pudieron sacarle más provecho. Punto a mejorar. Y bueno, comenzó la función.
Primero se mostró la devoción al Cristo Negro, y la gran movilización que la celebración en periodo de semana santa, se manifiesta. Las danzas, el color, los cantos, la fe inamovible para venir a verlo y agradecerle. Todo registrado con diversas cámaras y excelente tomas, hasta el fino detalle de la voluta que se forma al apagarse un cirio.
También estuvo el registro de la procesión del silencio, su solemnidad; la visita de las siete casas o templos y su significado; el viacrucis de Cristo, las festividades de los gremios.
Tomas con drones, acercamientos, miradas, declaraciones, entrevistas, fragmentos necesarios de la gente que en su fe, encuentra un sentido existencial. Todo esto registrado por un equipo de trabajo que hizo posible esos enfoques, pero armado, o mejor dicho, editado, por el ojo experto de quien sabe hacer cine. Adivino aquí la dirección de Ferdinando Villavicencio, ganador del primer lugar, hace algunos ayeres, del concurso de cortometraje “Carpe Diem”. ¿O me equivoco?
Lo presentado fue trabajo hecho con conocimiento en la materia, con investigación y con amor, ese sí, innegable por el terruño. Y esto va más allá del lema municipal, pues se adivina, se siente, la salmantinidad.
Ahora bien, ¿dónde más se exhibirá este documental? No lo sé, pero pareciera muy conveniente que se lleve a las escuelas, a clubes, a grupos organizados, a colonias, pues, aunque se suba a las redes sociales, son trabajos que deben ser disfrutados en pantalla grande, más grande que la de un celular.
Innegable buen trabajo el de este documental. Por lo pronto ya nos dejaron el “trailer” para el siguiente que será sobre “Salamanca: lugar del taco y la garnacha”. Y a ver ¿niéguelo?