Diciembre, recuentos y recuerdos

Por Andrés González Arias
A este año 2022, le quedan solo escasas tres semanas.
El que se asoma, el 2023, será un año eminentemente político. En septiembre iniciará el proceso electoral del 24.
En tanto y muy anticipadamente, en los últimos meses de este 2022, nos ha dejado – como en ningún otro sexenio – un sinfín de nombres de los presidenciables: las corcholatas de AMLO, las del PAN de Marko Cortés, las de Movimiento Ciudadano de Dante Delgado, pero también las que se oyen en el PRI. En este partido y con la mano levantada, se escucha el nombre de la senadora Beatriz Paredes Rangel, mujer de carácter, mujer de polendas, mujer de poder.
Diciembre mes de recuentos, pero también de recuerdos.
Es el año de 2009.
En Querétaro, ese partido parecía retomar vuelo, con Pepe Calzada como gobernador electo, en el país ya se perfilaba la figura del gobernador mexiquence Enrique Peña Nieto para candidato a presidente. Beatriz Paredes Rangel era la presidenta del Comité Ejecutivo Nacional del PRI.
Una tarde de septiembre, el 19 para ser preciso, hasta la Secretaría General del Comité Directivo Estatal del PRI, entra una llamada, la recibe la secretaria.
Señor licenciado, tengo en la línea a la licenciada Beatriz Paredes, desea hablar con usted.
¿Conmigo? Si, si, por supuesto, pásemela por favor.
“La llamada, aunque ya nos conocíamos, me sorprendió”, me platica a la distancia el Lic. Braulio Guerra Urbiola, que a la razón era el secretario general de ese partido en ese 2009 y hoy cumplidor magistrado del Tribunal Superior de Justicia del gobierno del estado de Querétaro. Ni origen ni pertenencia se niegan, menos se olvidan.
Iban a dar las siete de la noche.
¿El licenciado Braulio Guerra Urbiola?
Si licenciada… a sus órdenes.
“Señor licenciado, le habló para indicarle que el día de mañana y temprano, tomará usted el cargo de presidente del Comité Directivo Estatal de nuestro partido, en su estado, ahí le tomará protesta nuestro delegado”.
En la presidencia del CDE estaba el Lic. Hiram Rubio quién se encontraba a unos cuantos días de tomar posesión como diputado local, electo por la vía de la representación plurinominal. Por eso urgía el cambio en la dirigencia estatal.
Y como reacción instantánea, es que el joven Braulio le pregunta a la dirigente nacional.
Si desde luego pero, ¿Ya está enterado el Lic. José Calzada?
La dirigente nacional del PRI no contestó, guardó silencio por algunos segundos.
Y como para fundamentar la pregunta, es que Braulio le dice que, “tal vez sería conveniente, si usted así lo considera, esperar unos cuantos días para poder tener en la toma de protesta a los líderes de los sectores y organizaciones del Partido…para mañana podría ser muy complicado juntarlos”.
Pero Beatriz Paredes no dio contestación alguna ni a la pregunta ni a las observaciones que le hacía. Y en forma tajante le dice:
Mire cabrón. Le estoy poniendo el balón del partido en su cancha y lo rechaza. ¿Lo quiere o no lo quiere? Mañana estará el delegado a tomarle protesta.
Así, los preparativos para la toma de protesta se apresuraron. Braulio buscó en forma inmediata al gobernador electo para participarle la instrucción. Pepe ya estaba – desde luego – enterado de ello, también ya lo sabía Hiram y desde luego el delegado que era el Lic. Manuel Cavazos Lerma. Y todo mundo se pone a trabajar.
El PRI volvía en ese año y con la victoria de Pepe Calzada, a tener vida política. Había ganado también la presidencia municipal de Querétaro con Roberto Loyola Vera.
Por la premura, la toma de protesta la rindió Guerra Urbiola en el Salón de los Presidentes y no en el Auditorio Luis Donaldo Colosio como hubiera sido lo deseable. Ese pequeño salón lució totalmente lleno pero también no se podía caminar en los pasillos cercanos a este. Parte de la noche de ese 19 de septiembre del 2009, se había operado, “por indicaciones del gobernador electo”. Y desde el delegado hasta la suma de muchas voluntades, se hizo una toma de protesta digna, en la que colaboró activamente también el Lic. Ernesto Luque Feregrino, entre otros muchos.
El PRI volvía a la actividad institucional. El periodo de Braulio como presidente del CDE del PRI, fue de tres años – conforme a estatutos – de 2009 a 2012. En las elecciones siguientes, el partido gana 13 presidencias municipales de las 18 y 10 diputaciones locales.
Con el gobernador Calzada como gobernador, este partido se reactiva localmente y aquí gana con claridad el candidato Enrique Peña Nieto, siendo presidente de la república del 2012 al 2018.
La presidencia del partido la entregaba – y con muy buenas cuentas – el Lic. Braulio Guerra Urbiola al Lic. Jorge García Quiroz, de probada institucionalidad con este partido, con el gobernador en funciones.
Sin embargo, la grulla del poder, que embelesa y perjudica, ya comenzaba a aletear en los más altos niveles.
“El PRI de Querétaro y en el gobierno de este estado, siempre se entregaron buenas cuentas”, lo dice – y lo sostiene – el Dr. Braulio Guerra Urbiola.
Ni que.