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Del valemadrismo y resignación a la aceptación

Alejandra Mayer

La mayoría de sucesos que transcurren en nuestra vida están fuera de nuestro control, y eso nos puede hacer sentir frustrados y confundidos, sin embargo la actitud que tomemos ante ellos puede hacer la diferencia total en la creación de nuestra realidad.

El valemadrismo ya acuñado por la RAE como una actitud de desinterés e indiferencia, nos lleva a estados de falta de amor y empatía por la vida, lo cual nos ha empujado a la vez, al declive como humanidad.

La resignación, por otro lado, es una forma de aceptación pero sin una esperanza de cambio, la cual envuelve un conformismo poco alentador.

En cambio, la aceptación, vista desde un sentido filosófico y psicólogico, nos lleva a soltar el enfado y el querer tener el control.

El aceptar que las cosas son como son y no como quisiéramos, nos libera del enojo, y la frustración, nos ayuda a ser más resilientes, al mismo tiempo que nos damos cuenta que de lo único que podemos tener el control es de nuestras decisiones, nuestras elecciones y nuestras acciones personales. Lo cual ya nos deja mucha tarea por hacer y por seguir mejorando, y es desde ahí que los cambios comienzan a transformar nuestra vida y entorno.

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