Casa del inquisidor o del diezmo
Esta finca es el ejemplo más “completo» (a pesar de que ya no está completa) de la arquitectura civil barroca salmantina. Ha sido objeto de múltiples textos y comentarios debido principalmente a su fachada, en donde destaca un hermoso nicho y a unos elaborados arcos mixtilíneos que hay en su interior.
Cuando Salamanca era aún una villa, la Parroquia (Antigua) del lugar ya se encontraba en su actual sitio: a una cuadra del jardín principal, por tanto, el tramo de la calle Juárez entre 5 de Mayo y Sánchez Torrado era el paso obligado para ir del jardín – y del núcleo del poblado – hacia la Parroquia; y es allí precisamente, en uno de los más importantes y privilegiados lugares de tránsito en ese tiempo, en donde se encuentra esta finca.
Así, la casa estuvo en un muy prominente lugar de la villa y por tanto, la vista principal de la casa era (y es aún) esta esquina y seguramente esa es la razón por la que la finca está recubierta de cantera solo por su frente total por Allende y por un tramo de 6.38 m. por 5 de Mayo, o lo que es la vista principal desde el jardín.
Ocupa la esquina noroeste de 5 de Mayo y Allende, en un terreno de 43.04 m. por 42.32 m. lo que corresponde a casi la cuarta parte de la manzana de su ubicación. Por la calle Allende su fachada llega hasta una pilastra extrema al poniente que tiene un mascarón en su parte superior, un chapeado en toda su altura, una cornisa y friso en su remate y un lambrín en su parte inferior, todos ellos de cantera. Por calle 5 de Mayo el término de la finca lo indica un gran portón con marco de cantera (ancho: 2.72 m.), aunque aquí no hay pilastra extrema.
En nuestra Casa del Diezmo, la entrada principal estuvo (probablemente) en donde hoy se encuentra un alto portón (# 204) que tuvo unas hermosas puertas talladas en madera, repuestas por otras nuevas similares hace no mucho tiempo. El otro acceso, el secundario, lo tuvo por 5 de Mayo: un portón que actualmente tiene una cortina metálica. Hay otro gran portón también por la calle Allende.
El nombre de Casa del Inquisidor proviene de que se cree que fue propiedad y allí vivió un integrante de la Inquisición, y del Diezmo, porque documentos del siglo XIX así la nombran en creencia también que allí sirvió por un tiempo para concentrar los diezmos de la Iglesia, aunque para ninguna de las dos denominaciones hay documentales precisos. La casa fue construida en estilo barroco, lo cual la sitúa a finales del siglo XVIII o principios del XIX. Las muestras barrocas que aún quedan son, al exterior: la pilastra esquinera con su nicho con peana y doselete, la pilastra extrema poniente con su mascarón, el lambrín definido por molduras de línea quebrada que corre por toda la calle Allende y parte de 5 de Mayo, cuatro marcos de cantera: 2 de puertas y 1 de un portón en el extremo poniente, por Allende, más un gran portón en el extremo norte de calle 5 de Mayo.
En el interior hay un gran patio (hoy dividido en dos) rodeado de arcos mixtilíneos sobre pilares moldurados de varios cuerpos con sus arcos y enjutas decorados. Estos arcos, con sus pilares sustentantes son muy parecidos a los que se pueden ver en el extremo noreste del jardín principal, habiendo también una decoración en sus pilares a base de motivos foliáceos, decoración similar a la que hay en la portada del templo de Nativitas y en el balcón del Museo Hidalgo, por la calle Albino García.
Es importante aclarar que lo que dice en la mampara informativa que recién fue colocada en la casa, en donde se expresa que “fue una de las primeras fincas construidas en la villa”, debe interpretarse como que es de las más antiguas fincas de la villa, y no de las primeras. La totalidad de marcos de puertas y ventanas es de 20, de los cuales 4 pertenecen al estilo barroco y posiblemente corresponden a la fisonomía original de la casa; los otros 16 son adecuaciones que se han hecho a través del tiempo, lo cual no quita que la casa sea, como se dijo en un principio: el mejor y más completo ejemplo de arquitectura civil del estilo barroco en la ciudad.
En 2022 la casa tenía adecuados 12 locales comerciales de los cuales estaban ocupados solo 8 y 2 casas de las cuales ocupada solo estaba una. Hay que recordar que fue una Salamanca barroca la que Alejandro de Humboldt vio cuando estuvo aquí (Agosto de 1803) y de la cual dijo: “Salamanca, ciudad pequeña, pero bonita”.
Arq. A. Gutiérrez Nieto.