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Aferrado

Sin salida: el ganso cayó en su trampa de querer acusar a los de antes y marcó su caída

Por Miguel A. Rocha Valencia

De aquí en adelante el profeta de la 4T no tendrá más alternativa que insistir en sus mentiras, refugiarse en sus números e intentar convencer de su “realidad” a los mexicanos que no le tenemos fidelidad ciega, ni aceptamos vender nuestro criterio a cambio de limosnas y sí queremos un cambio, pero para mejorar no para empobrecernos ni envilecer eso que algunos llaman política.

Luego del escándalo causado por la “investigación” del subsecretario Alejandro Encinas Rodríguez del caso Ayotzinapa y donde se involucra la participación de mandos militares, ya sea en el secuestro, asesinato y desaparición de los “43” o en la complicidad con grupos criminales, cuyas raíces podrían estar en el cártel de los hermanos Beltrán Leyva.

Por lo pronto y más allá de las explicaciones, justificaciones y aclaraciones, el fiscal de la FGR asignado al caso, Omar Gómez Trejo prefirió aventar el arpa luego de que un juez, parece que, de consigna, otorgó libertad a decenas de los involucrados en la “verdad histórica” y Encinas Rodríguez, toma como soporte de sus acusaciones a auténticos sicarios confesos que a cambio de su libertad “avientan” incluso a sus captores.

Más aún, queda claro con todo y filtraciones que según el ganso “debieron conocerse” (no le quedaba otra) luego de hacerse públicas que en el sexenio anterior y en este, existen complicidades entre políticos, militares y delincuentes, quienes de una forma u otra intentaron hacerse el menor daño y mostrar una realidad diferente a la que hoy se escribe, incluyendo la desaparición de los restos de los normalistas.

Y como en ese entramado hay militares de alto rango, que de acuerdo con la lógica del machuchón de Palacio Nacional, no se mandaban solos y sus jefes debían estar enterados de sus acciones, pues andan salpicando al general Salvador Cienfuegos, exsecretario de la Defensa Nacional con Enrique Peña Nieto, quien fuera detenido en Estados Unidos acusado de cuatro cargos relacionados con protección a cárteles y tráfico de drogas para luego ser rescatado por el mesías tropical aprovechando su amistad y compromiso con Donald Trump.

Es decir que “algo” vio el fiscal Omar Gómez Trejo que pretextando cualquier cosa, prefirió renunciar al caso que se pone cada vez más complicado pues ahora los militares detenidos alzan la voz para aclarar que a ellos no se les acusa por el secuestro, muerte y desaparición de los restos de los normalistas sino por estar ligados al crimen organizado, con lo cual, la versión de que los cadáveres o despojos de las víctimas fueron llevados a las instalaciones de Sedena en Iguala para desaparecerlos, queda en el aire.

El caso se complica cada vez más y el mesías tropical se hace bolas, no sabe para dónde mirar pues sabe que ya entró en conflicto con los militares porque de los detenidos pueden salir más inundados que en el Peñato ocupaban cargos operativos, inteligencia o mando y con los cuáles seguramente hubo comunicación, pues las órdenes no se dieron solas. Por lo pronto el actual titular de Sedena ya amenazó.

Junto con ello están los desmentidos acerca de la baja en la violencia y los asesinatos: De plano el caudillo de Macuspana no pudo ante los números que colocan a su administración como la más sangrienta y evidencian que su plan anticrimen tan no resulta que los asesinatos en masacres o por separado continúan en ascenso, superando los de Peña Nieto y duplicando los del odiado Felipe Calderón.

Ante las cifras oficiales del Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública e incluso las estadísticas del Inegi, el tlatoani olmeca no tuvo escapatoria, aunque para él el tema es sólo de “cómo se presentan los números”.

Es decir, reconoce que intenta en las mañaneras armar realidades virtuales, ficticias para intentar cubrir su fracaso como gobernante. La otra sería aceptar la realidad como un logro, como uno de los fines perseguidos por su 4T el cual sería, meter al país en un baño de sangre, entregar poder y dinero a militares o dejar vía libre al crimen organizado para ocupar territorios, posiciones políticas por elección, sojuzgar comunidades para traficar armas, drogas y personas, así como asesinar impunemente.

Tendría que aceptar que lo que en realidad buscó perversamente desde el principio fue destruir cadenas y proyectos productivos, instituciones, economía, socializar y ampliar la pobreza, dejar morir al mayor número de mexicanos, ya sea por enfermedad, sin medicinas o atención médica y de plano, retroceder en todo y… lo que siga.

Las ideas expresadas en las columnas, así como en otros artículos de opinión, no necesariamente corresponden a la línea editorial de Radar del Centro, y solo son responsabilidad del autor.

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